miércoles, 10 de octubre de 2012

ALONSO



Amo tanto a las personas como a los animales. John Fante

Hoy es un día triste. Alonso, mi gato amigo, compañero de piso, nunca mascota, protagonista incansable de mis relatos, de todos mis momentos junto a una novela y un café, motivo de alegría y camarada de soledades huérfanas, ha muerto. Llevaba días apagándose, días de clínica en clínica, de prueba en prueba. Ayer, durante mi estancia en Barcelona, me comunicaron que Alonso volvía a la vida, que tras haber agotado hace meses el cupo de siete, le habían prorrogado el número de comodines. Pero esta mañana ha dicho “hasta aquí he llegado…” Y se ha ido sin hacer ruido, igual que vivió, silente, cauteloso, hogareñamente felino.

Ya se me hace raro volver a escribir sin que él ande por aquí con esos ronroneos que despertaban ternura e invocaban mis caricias. Escucho como mis dedos rozan las teclas, como mi mente bucea en los recuerdos, como el dolor empaña mi punto de mirada, como noto su presencia aún, sin tenerlo ya. Miro la luz más mortecina que nunca que desprende el flexo, pienso qué puedo escribir, qué le gustaría, qué palabras serán  las más indicadas para ayudarle, para acompañarle por esa travesía hacia nuevos tejados bañados de sol, hacia nuevas cornisas de ventanas que darán a mis sueños. 

Alonso...

Se me hará extraño volver a escuchar mis músicas sin tenerte cerca, dormitando en la otra punta del sofá, sostenido por sueños felinos en los que persigues juegos. 

Se me hará extraño llevarme la taza roja de café a los labios sin notar tu mirada clavada en la mía, abonado al “yo también quiero algo que llevarme a la boca”

Se me hará extraño abrir un libro, pasar las páginas sin notar tu cuerpo níveo y pesado encima, muy encima, ocultando esa nariz siempre fría bajo mi cuello.

Se me hará extraño salir a la terraza a ver pasar los trenes y mirarle el culo a las estrellas sin que andes tras de mí, enroscado entre mis piernas, temeroso de las alturas.

Se me hará extraño adentrarme en la noche y no ser testigo de tus correrías nocturnas por las habitaciones.

Se me hará extraño no llamarte, no encontrarte, no tenerte…

Se me hará extraño empezar un relato y tener que resucitarte al tercer verbo, para que sigas siendo protagonista de mis días escritos.

Así que no es de extrañar que te deje descansar aquí, junto a nuestros relatos, los que tanto me ayudaste a construir.

Aquí, entre mis letras, de las que formas parte, es donde debes estar, Alonso. Descansa.

La vida está llena de ausencias…

25 comentarios:

  1. El recuerdo de Alonso te llenará muchas ausencias, seguro.

    Bonito homenaje.

    Lástima que retomes los relatos por un motivo así, pero no los dejes. Vuelve a ellos, tal vez te encuentres mullidos ronroneos que te indiquen el final de los cuentos y el verbo que se resiste.

    Un beso,

    Anabel

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  2. Soy de lágrima fácil y tu de fácil palabra. Preciosas palabras. Preciosos sentimientos.

    Un abrazo

    Ramón

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  3. Mario...imagina que en una de tus giras con los cantantes algún caprichoso se ha quedado con Alonso...
    Escríbele cartas, como hizo Kafka con la niña de la muñeca del parque...Era precioso, yo lo he visto a tus pies... tirado en el suelo panza arriba...era una preciosidad...Yo no lo voy a olvidar.

    Un abrazo muy fuerte, Mario.

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  5. A Alonso se le va hacer extraño también andar entre las nubes sin tenerte cerca...
    Pero hasta allá llegarán siempre tan preciosas palabras. Los sentimientos cuando son tan puros, vuelan para fundirse con su receptor.

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  6. Mario, comprendo perfectamente tus sentimientos y me uno a tu tristeza. Hace casi dos años que Sua no está conmigo y no ha habido día que no la haya extrañado.
    Te envío un fuerte abrazo que quiere confortarte aunque no pueda consolarte.
    Lisa

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  7. Un triste motivo para retomar la escritura.
    Lamento la pérdida de su amigo y comprendo cuanto sentirá su ausencia, pero como usted bien dice al cerrar su panegírico "La vida esta llena de ausencias..." y esa es la única verdad.

    Un abrazo.

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  8. No creo que Alonso pudiera encontrar mejor compañero que tu Mario,eso es lo mejor que se a llevado.

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  9. La vida es un tapiz que vamos tejiendo con diminutas hebras de felicidad inmensa, como esos instantes sin final que hay entre una caricia y un ronroneo, mientras subidos al regazo nos entregan su cariño incondicional; siempre incondicional.

    No tendremos vida plena si no aprendemos a morir como parte de la vida misma, a dejar partir, saboreando la felicidad acumulada en nuestro corazón y en nuestra retina.

    La vida está llena de ausencias, pero lo que realmente importa es lo que han dejado atrás, en nosotros, en nuestra vida, y lo que han contribuido a hacernos como somos hoy, en nuestro camino incesante hacia nosotros mismos.

    Cualquier motivo es bueno para escribir, sobre todo como tú lo haces, porque son los sentimientos que nos rodean y moldean los que viertes magistralmente en el papel y nos haces llegar para contagiarnos.

    El dolor de la ausencia es desgarrador, si, pero aún así no es comparable con el vacío de no sentir la alegría y la vida compartida que nos han regalado. Yo prefiero mil veces vivir y sufrir que no haber vivido. Y quiero hacer un brindis por la alegría que guardas en ti, que te llena, y que te hace brillar, incluso en los momentos tristes, a pesar de los momentos tristes, porque sin ellos carecemos de la medida de nuestra propia alegría, porque sin ellos no estaríamos completos.

    Un fuerte abrazo.

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  10. Estoy con lo de triste motivo para retomar la escritura. Hay algún escritor que incluso le ha dedicado todo un libro a su desaparecido gato. Y no sé qué escritor dijo aquello de "si tienes una mascota llorarás". Yo tengo un vínculo leve con los perros de un buen amigo y a veces les echo de menos sin que sean míos. La pérdida de alguien que te ha acompañado y te ha dado tanto pidiendo tan poco es comprensible para los que de vez en cuando usamos la empatía. Lo siento sinceramente. Y qué bueno que tengas al menos la pequeña válvula de escape de escribirlo. Pequeña y fugaz. De todas formas ya sé que todas las palabras que te digamos no servirán de mucho. Intenta agotarte todo lo que puedas para no dar vueltas en una casa sin esos maullidos. El cuerpo fatigado no está para pensamientos. Un abrazo.

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  11. Precioso homenaje como sólo tu podrías hacerlo. No sabes como lo siento. Ánimo Mario. Un beso...

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  12. Cuánto lo siento, Mario. La vida se va llenado de ausencias, cierto. Queda el recuerdo, para tratar de suplirlas, aunque no basta. Un fortísimo abrazo, con sabor a café y GT.

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  13. me daban miedo los gatos, hasta que la vida me hizo coincidir con Miniu, quien me hizo conocer el encanto y la magia de los gatos. Ahora en noviembre hará tres años que se fue, `y entiendo perfectamente lo que sientes, pero aprendí a recordarlo con una sonrisa, a imaginar que salta de nube en nube mientras se ríe de los problemas mundanos, y también sé que mientras estubo no puedo haber estado mejor, al igual que tu Alonso...y que cuando te sientas preparado, seguro habrá otro gato deseando compartir su magia contigo...

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  14. Intenso tu homenaje, como la tristeza que te embarga. La vida está llena de ausencias, cierto, pero algunas nos dejan desnudos y perdidos. Lo echarás de menos, a cada paso que dés por tu casa y cada vez que al usar el teclado sus patas no pulsen las letras que él quería. Echarás en falta el cariño que él proporcionaba y, como buen gato, urgentemente reclamaba.
    Y te ha hecho escribir, siempre se salen con la suya estos gatos.
    Lo siento. Y me alegra poder leerte. Contradicciones de la vida.
    Un abrazo.

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  15. Muy emotivo, intenso y triste..también hermoso.
    Lo siento y te entiendo pues amo a los animales, y también he sentido el dolor de su perdida, nos aportan mucho,más el calor y amor..además se crea una comunicación complice muy especial.Son un amor.
    Un abrazo y ánimo.

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  16. Vaya,
    Vengo a hacerte una visita después de meses de acceso perdido y me encuentro con esta mala noticia.

    Sabes, creo que Alonso querría que llenaras su hueco salvando a un callejero.

    Un abrazo,

    Animo compañero.

    J.

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  17. Uf... Estremecida estoy.

    Lo siento mucho, Mario. Mucho ánimo.

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  18. Bueno... unos vienen y otros van y así es la vida esta nuestra, mortal y perecedera. Pero hermosa.

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  19. Lo siento muchísimo..
    Yo tambien perdí a mi mas que querida perra, mi amiga fiel y entregada, este año.
    No hay palabras que te consuelen pero estas que le has dedicado ocuparán siempre un lugar en tu corazón junto a él.
    Un fuerte abrazo

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  20. Lo siento mucho, Mario, .....haz tu duelo y busca otro gatito ya!!!!, no por ti, sino porque hay alguno que te necesita.

    Shinta

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  21. Mario... oh Mario!... que triste leerte asi...
    Merlín, mi felino, tambien te lee...
    tambien, con sus ojos brillosos fijos en la pantalla, te sufre.
    Un Abrazo tibio lleno de besos, garras y bolitas de pelo.
    Paz...

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  22. Lo siento mucho Mario,pero hay otros muchos gatitos esperando un hogar.besitos

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  23. ¡Cuánto amor gatuno en este relato! Me gustan los gatos y he sentido tu pesar por la pérdida de este gran compañero. Hablas de él con ternura, y me gusta la sensibilidad que percibo en este relato.

    Voy retrocediendo en tu blog y veo la calidad literaria y humana que tienes. Me intriga que habiendo tanta gente que te está esperando, guardes silencio.
    Quisiera saber el secreto de esta casa deshabitada y amueblada tan exquisitamente.

    Un abrazo. ¡Miau !

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