martes, 1 de diciembre de 2009

KASUMI


DEDICO:

Dedico este relato a Joaquín Sabina, que fue el primero que conocí en aquel número siete con sus metáforas cantadas, con sus mentiras de verdad y sus verdades de mentira. Le robó el otoño a los días y me lo entregó en aquel hotel dulce hotel.

Dedico este relato a Ismael Serrano, por atraparme. Porque gracias a él sé que un mundo mejor es posible. Por las utopías. Por los viajes y por su camino de regreso. Por la fragilidad y por la fuerza. Por alinearse con los débiles. Porque si las armas las carga el diablo, las canciones las carga Ismael.

Dedico este relato a Juan José Millás, por dejarme habitar su mundo.

Dedico este relato a S. King. El portador de mis primeros miedos literarios. El primero que me clavó una palabra de madera en el corazón y en mi memoria.

Dedico este relato a Miguel Ríos. Por paisano. Por dejarme nunca solo en el parque de las emociones y las canciones. Por regresar siempre a Granada. Por subir juntos a ese autobús de canciones tristes.

Dedico este relato a Lola Beccaria. Por hacerme el amor con su literatura desnuda y abierta. Por presentarme a su mujer vestida para amar y desnuda para creer y crecer. Por enseñarme a perder con arte y sin ensayo.

Dedico este relato a Bukowski, por prestarme su máquina de follar. Por contarme la verdad aun sin quererla. Por resucitarme al tercer capítulo. Dedico a Bukowski lo que soy y lo que no soy. Por dejar que ande y desande una y otra vez la senda de los perdedores.

Dedico este relato a Ángela Becerra, por los amores negados.

Dedico este relato a Gomaespuma, por hacerme reír en días de tormenta. Por hacerme estremecer con su solidaridad. Porque un día, sintonizándolos, escuché “papa cuéntame otra vez” y lloré.

Dedico este relato a Henry Miller por su París literario. Por hacerme partícipe de sus amores. Por presentarme a Anaïs Nin. Por contar con la riqueza de las palabras y la pobreza de la vida. Por servirme el desayuno en la bandeja de sus trópicos.

Dedico este relato a Anaïs Nin, por prestarme sus diarios. Por ser amante de amantes. Por contagiarse de Miller y retratarlo con palabras en su obra Henry and June.

Dedico este relato a García Lorca, por convertir en palabras todo lo que su alma tocaba. Por no irse. Por no morir, nunca.

Dedico este relato a Benjamín Prado, por polemizar poemizando. Por dejarme habitar sus silencios en voz alta.

Dedico este relato Extremoduro, porque no sólo de pan vive el hombre. Por la irreverencia de las canciones.

Dedico este relato a Fito y los Fitipaldis, por estar, lo más lejos, a mi lado cada vez que he necesitado una canción navegante.

Dedico este relato a Miguel Delibes, por alimentarme con sus ratas. Por los ratos prestados al borde del camino. Por cederme la sombra de su ciprés cargado de literatura perenne.

Dedico este relato a Mario Vargas Llosa, por mostrarme el sufrimiento y las travesuras de su niña mala. Por retratar con su literatura lacerante la caída de Trujillo.

Dedico este relato a Antonio Muñoz Molina, por sus vientos cargados de historias.

Dedico este relato a Zoé Valdés por lo mucho que disfruté con su nada cotidiana. Por escapar de La Habana y acoger la vida parisina siguiendo los pasos de Miller y los verbos de Sartre, Beauvois y Nin.

Dedico este relato a Pedro Juan Gutiérrez, por seguir escribiendo desde su decrépita Habana vieja. Por sus excesos convertidos en literatura. Porque la literatura enriquece aunque esté rodeada de la pobreza más extrema y de la indigencia política más estúpida.

Dedico este relato a John Fante, por inspirar a Bukowski. Por sus preguntas polvorientas y primaverales. Por no dejar que los días pasen en vano mientras se espera a la primavera.

Dedico este relato a Louis Ferdinand Celine, por coger el tren que conduce al fin de la noche. Por describir el sabor de las mujeres y por morir con crédito por ellas en cada una de sus novelas.

Dedico este relato a García Márquez, por sus amores de soledades centenarias. Por sus putas tristes. Por sus pasiones náufragas y redentoras en los tiempos envenenados.

Dedico este relato a Jack Kerouac, por su camino sembrado de literatura reaccionaria.

Dedico este relato a Sam Savage, por sus ratas de biblioteca. Por sus libros carcomidos y polvorientos. Por sucumbir a los encantos de la literatura adiestrada.

Dedico este relato a Catherine Millet, por mostrarme cómo hablan los cuerpos cuando la boca se cierra a cal y canto.

Dedico este relato a Silvio Rodríguez por novelizar sus canciones. Por la voz nunca silenciada. Por sus amores musicados.

Dedico este relato a José Luis Sampedro, por su sonrisa etrusca. Por mostrarme la destreza literaria de la vieja sirena.

Dedico este relato a Javier Álvarez por sus inicios. Por sus principios. Por ser amigo de poetas. Por cantarle a Ángel González. Por emocionarme con su “Padre”.

Dedico este relato a Quique González por su voz pausada cargada de historias aceleradas de amor y desamor. Por inspirar a otros, por acoger en su seno las letras del poeta Luis García Montero.

Dedico este relato a Luis García Montero, porque mañana no será lo que Dios quiera.

Dedico este relato a Pedro Zarraluki, por explicarme en silencio cómo tener éxito con los encargos difíciles. Por su literatura de sabores, por sus verbos cocinados a fuego lento.

Dedico este relato a Felipe Benítez Reyes, por compartir conmigo pensamientos monstruosos.

Dedico este relato a Jack London, por querer al indomable colmillo blanco. Por convertirme en su Martin Eden por el resto de mis días literarios.

Dedico este relato a Coetzee, por ayudarme a descender al infierno de las personas. Aún hoy me siento agraciado cada vez que acaricio con la punta de los dedos su "Desgracia".

Dedico este relato a Saramago, por cegarme con su literatura. Por amar a los nombres.

Dedico este relato a Tabucci, por sostener a Pereira.

Dedico este relato a Neruda, por inspirar a la mitad más unos de los que he citado hace unos segundos. Por prestarme sus frases. Por su literatura epistolar.

Dedico este relato a Andrés Suárez, por ser banda sonora y amigo a la vez. Por sus historias de piedras y charcos. Por su voz y su guitarra. Por posar para mis verbos.

Dedico este relato a Marwan, palabra por palabra.

Dedico este relato a Carlos Chaouen, por su intención de pintar el cielo. Por sus canciones que siembran mi camino.

Al anciano que encontré a las puertas de la Alhambra, por regalarme su historia, le dedico mi relato:

...

Amaba Japón.

Desde siempre había crecido con la ilusión de viajar algún día al país del sol naciente. Anhelaba recorrer sus calles y conocer sus gentes.
Conoció sus primeros dibujos animados antes que nadie gracias al padre de un amigo suyo que era capitán mercante y surcaba los mares y los océanos conocidos.
Y tuvo que callarse cuando apostó por Japón en la segunda guerra mundial, cuando no tuvo piedad de los otros que querían apagar ese sol con las primeras lluvias atómicas. Defendió a los nipones siempre. Voló, triunfó y murió con los camicaces que fenecían enterrándose entre el fuselaje de los acorazados enemigos. Y nunca dejó de amar ese país.

Cada vez que le preguntaban de dónde le venía ese amor patrio por las razones orientales no sabía qué contestar. A veces decía que la culpa la tenía Don Basilio, un maestro republicano que les mostró la bandera. Se enamoró de ese sol siempre rojo intenso. Y empezó a estudiar y a imitar sus costumbres. Cada día le preguntaba al profesor qué comían, cómo dormían, qué hábitos, en definitiva, conformaban su estilo de vida.

Poco a poco Japón se fue instalando en su vida.
Y poco a poco creció. No hubo remedio, así que Japón cedió su lugar a otros más exóticos portados de la mano de los escritores que fue conociendo. De vez en cuando volvía a acordarse del país adoptivo. Y sentía pena porque cada vez eran menos las veces que visitaba, que vivía, que cerraba los ojos para caer en manos de una geisha.

A los veinte años dejó el conservatorio aburrido de la doctrina musical. Quería ser autodidacta. Quería libertad para aprender en libertad. Quería sus ratos y sus silencios y quería comprender el mundo y sus habitantes.
Aprendió lo suficiente y se vio recompensado con una plaza de profesor de guitarra en una academia de flamenco en el Sacromonte granadino.

Cuando conoció a kasumi tenía veinticinco años. Estudiaba becada en la universidad. Y era alumna en la academia donde él enseñaba. Aprendía a bailar. Y entre clase y clase, espiaba las dotes para la docencia musical de Matías. Kasumi amaba el movimiento de sus manos. La calidez de sus notas. La elegancia de su mirada concentrada mientras la guitarra lloraba unas veces, se lamentaba otras y hablaba siempre. Decidió que aprendería a tocar. Solicitó al director del centro que le dejara instruirse junto al joven profesor.

Cuando la vio supo que era japonesa. Se cercioró en cuanto sus intenciones se exploraron. Cuando sus ojos fueron derramando la mirada por el atlas de su fisionomía. La cortedad de ella, la manera de darle la mano sin obsequiarle con la mirada. El temblor de sus labios. La opacidad de su acento. Y él, solícito, aceptó descubrirle los secretos de las seis cuerdas. Las clases serían particulares en el piso que compartía con algunos compañeros. Sellaron un pacto de reciprocidad: Ella le enseñaría el idioma nipón y él le descubriría los secretos de la guitarra.

Así que cada día, después de las clases en la Facultad, se dirigía al piso de Matías. Le gustaba ese lugar. Disfrutaba ese paseo que acompaña a la Alhambra junto al río Darro. Le gustaban los árboles centenarios, el sonido del agua, la luz del otoño casi infinito bañando la ciudad nazarí. Leía a Lorca, sentada en alguno de los puentes, cuando él se retrasaba. Era una procesión que acababa en el barrio del Albaicín.

Durante la primera hora tomaban café y tocaban la guitarra. Durante la segunda hora tomaban té y hablaban japonés. Docencia y aprendizaje. Cada vez con más soltura fluían los verbos y cada vez eran más los dedos que afinaban y construían notas yacentes sobre las palabras pronunciadas.

Durante un año aprendieron los dos lenguajes. Se defendían; él hablando japonés y ella acariciando las cuerdas para lograr una liturgia digna con el instrumento del que se prendó.

Ella se enamoró de la música y de la ciudad. Él se enamoró de ella y de su país. A menudo salieron juntos a contemplar el atardecer desde el mirador de San Nicolás. Y la noche los encontraba silentes, unidos por el cordón umbilical del deseo recién nacido.

Siguieron juntos hasta que el destino los separó. Pensaron que sería temporalmente. Erraron el pronóstico.
El director de la escuela de flamenco le anunció que les contrataban para realizar una gira por Japón y Corea. Les hacía falta un segundo guitarra. Aceptó sin pensárselo dos veces. Nunca pensaba dos veces las cosas en la vida. Nunca sometía a ningún tipo de estudio sus necesidades y sus preferencias. Nunca pedía ayuda ni consejo. Esta vez no hizo excepción alguna.
Le explicó a Kasumi lo de la gira. Y ella, en un español envidiable, le contestó que por fin su sueño se haría realidad. Conocería su país.

Dedicaron los tres meses que faltaban para el inicio de la gira a despedirse. A desacostumbrarse. Los paseos maratonianos dejaron paso a escuetas caminatas preceptivas. Las clases de guitarra fueron silenciándose. Y el idioma nipón se fue congelando en los labios de Matías cada vez que éste murmuraba algo tras besarla.

Ella lo acompañó al aeropuerto. Se despidieron en japonés y como japoneses. Dignos. Ni una sola lágrima, ni un abrazo candoroso. Un escueto beso silencioso y unas miradas anegadas que gritaban desesperadas.

La gira derivó en varias giras por países asiáticos.

Después de cada recital escribía una carta que depositaba en la entrada del hotel donde se hospedaba. Y cada tres semanas recibía respuesta. Así estuvieron hablándose con las misivas. Queriéndose con las letras impresas llenas de dibujos y símbolos. Así estuvieron hasta que la correspondencia cesó.
Nunca supo si fueron los cambios de hotel. Nunca supo qué fue realmente. Pero apremiaba al director a volver a Granada tras cada gira. Y tras cada gira, un éxito, tras cada éxito, otros contratos.

A los once meses volvió a Granada. La buscó en los sitios acordados. Paseó por la ciudad a todas las horas del día. La esperó en los bares donde conversaban y tocaban la guitarra. Montó guardia en la entrada de la Facultad. No dejaba de pensar en lo que le contaría de Japón en cuanto la viera. Sus experiencias, los éxitos cosechados y la promesa de nuevos recitales.

El otoño fue muriendo en los brazos impiadosos del invierno. Otras giras sin saber de ella.
Regresó a Japón y por las calles de Tokio la buscaba. En los bares, en los paseos tras el primer café del día. Tomaba té para mojar sus labios con el sabor de su recuerdo. Pensaba en Kasumi mientras ensayaba y la buscaba con la mirada entre los asistentes sentados en la platea.

Abandonó la compañía a principios de los años ochenta. Buscó refugio en la lectura y en las clases particulares que impartía a los extranjeros universitarios. Pero ella no era ninguna de las personas que requerían sus enseñanzas.

Con lo poco que ahorraba viajaba cada dos años a Japón. Practicaba el idioma y la melancolía practicaba con él.

Hizo caso omiso a la necesidad de opositar para acceder a una plaza de profesor en el conservatorio de la ciudad.
Cada vez los viajes a Japón se fueron espaciando más en el tiempo. Pocas veces no pensaba en ella cuando estaba en los brazos de otra mujer. Nunca le sedujo otro país ni le llamaron la atención otras costumbres que no fueran las niponas. Nunca iba al cine excepto cuando proyectaban alguna película donde tuviera como protagonista al pueblo japonés.

Miraba cada día el buzón. Facturas. Y cuando cambió de dirección, de vez en cuando volvía a su viejo piso del Albaicín. Se sentaba en algún bar a los pies de la Alhambra y se tomaba un café con leche muy caliente o un té muy caliente, mientras esperaba al cartero.
Lo asaltaba dejando la consumición a medio tomar y le preguntaba si tenía algo para él. Siempre fue negativa la respuesta. Ella nunca volvió por carta.

Dejó de frecuentar esa parte de la ciudad. Dejó de viajar a ese rincón donde la memoria guardaba su otrora vida naciente.

Como si le debiera algo al destino, acabó tocando por calles y plazas. Llegaron ofertas de festivales menores. Tocó cuanto supo y cuanto pudo. Y cuando empezó a cantar, supo que la locura se estaba apoderando de él. No sabía de dónde venía. No conocía los motivos por los que lloraba por las noches. Tampoco cómo había llegado a ese punto de no tener nada. Ignoraba lo mucho que duele el corazón cuando está vacío así como las muchas veces que estalla la cabeza cuando los recuerdos luchan por salir.

Un día se levantó temprano y recorrió el camino del Rey Chico. Subió la cuesta que llega hasta el patronato. Se quedó mirando los autobuses llenos de turistas. Rebosantes de gentes ávidas por conocer el país del agua, los palacios y jardines del reino nazarí.

Se sentó en el banco que quedaba libre. Y saludó a nadie en japonés. Habló en la lengua nipona a su recuerdo. Pensaba en ella. Musitó algo y las personas que bajaban del autocar se le quedaron mirando.

Le preguntaron y contestó a cuantas preguntas le formularon. Maravillados. Asombrado. Tenía voz, otra vez.
Cada vez que llegaba un autobús, el mismo proceder. Miraba cómo lo observaban. Y saludaba en japonés. Y fluía la conversación y el asombro se tornaba en admiración.

Los estudiantes universitarios que subían hasta los palacios para estudiar la cultura y la arquitectura del reino moro, se dirigían hasta donde descansaba. Hablaban con él. Le pedían consejo: qué entrada era la mejor, cómo decir en español esto o aquello, cómo solicitar ayuda a alguna azafata.

Y al final del día, cuando los turistas se retiraban a su merecido descanso, o cuando los estudiantes regresaban a sus campus; viejo, cansado y vacío emprendía el camino de regreso por el Paseo de los Tristes.

Arribaba a su piso, cenaba sin ganas y se tumbaba en la cama mientras la radio escupía las noticias recientes.
Sólo deseaba que las primeras luces del día no se demoraran mucho.

Pero no fue el sol quien lo despertó una de esas mañanas. Desde la calle atronó la voz:

- ¡Eh! ¡Matías!

La voz no le era familiar, pero se asomó al escuchar su nombre.
Un hombre de unos cuarenta años le preguntaba si podía bajar. Tenía algo para él.
Cuando abrió la puerta reconoció la figura de su antiguo cartero.

- Joder, hombre, llevo detrás de usted tres meses. He tenido que movilizar al cuerpo de correos de Granada para dar con usted. ¿Se acuerda de mí?

- Claro, claro que me acuerdo. Usted es el cartero del Albaicín. ¿Alguna multa, algún requerimiento de la alcaldía?

- Diría que no. Yo no hablo japonés. No sé usted.

Sostuvo el sobre en la mano. Apretaba con fuerza, como con miedo a que las letras se desvanecieran. Acariciaba los símbolos familiares que conformaban el membrete. Buscaba qué decir, cómo decir.
Sólo pudo esgrimir un lacónico agradecimiento dos veces:

- Gracias, gracias.

No sabía cómo despedirse del cartero. Cómo agradecerle la carta que sostenía en las manos y que sus ojos estaban a punto de devorar. Le ofreció café que el funcionario de correos rechazó con mirada cómplice.

Antes de irse le hizo prometer que otro día le acompañaría a comprar una guitarra para su hijo, justo ahora que empezaba a aprender. Aceptó. Claro.

Se quedó a solas con las letras que le retornaban a esos días de soles nacientes y futuro incierto. Y pronunció su nombre antes de volver a ella:

- Kasumi

96 comentarios:

  1. ¿Una historia real? Me encantó.
    Me quedo con las ganas de saber qué pasó con ella.
    Un saludo.

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  2. Es una bonita historia.Muy bien escrita, enhorabuena.
    Conozco Granada, tan bella, ha sido marco de algunos momentos muy felices.
    Eres un hombre rico, todas esas huellas de aquellos a quienes dedicas, son un tesoro que enriquece a aquellos que saben aprovecharlo.
    Un saludo.

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  3. me gustan tus fuentes de inspiración.

    conozco esa callecita :)

    saludos

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  4. Robo tu dedicatoria para Coetzee y para Pereira ante una tortilla a las finas hierbas y una limonada.
    Un saludo Mario - me escabullo como un ratón de campo. Espero no equivocarme otra vez de madriguera -

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  5. Kasumi ha de tener los secretos. Yo sólo tengo los olvidos. Excelentes camaradas a tu lado, excelente relato. Un abrazo!

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  6. Increíble, simplemente increíble. No podía para de leer cada letra y cada coma. Una historia perfecta y con sentimiento... Me he quedado con ganas de saber que fue de ellos, si se encontraron de nuevo... Aunque supongo que habré de dejarlo a mi propia imaginación.

    Un abrazo!

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  7. Me ha recordado a un libro que leí en francés, Japón enimático, de Macfarlane.
    -Soy neuro-

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  8. Maravillosas dedicatorias dignas de un maravilloso relato. La música de fondo pone el marco ideal para tus bellas letras.
    Saludos y hasta pronto.

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  9. Yo tenia una furgoneta Katsumi, que recuerdos más agradables me trae, claro que no es lo mismo… además la deje un día en una condenada zona azul y se la llevaron, nunca más supe de ella, el cartero también con el tiempo me trajo una carta, pero resultó ser una multa del ayuntamiento… :)

    Fuera guasa, me ha gustado, destila imaginación, sobriedad, cuerpo, aroma, vamos que parece un buen vino, ¿cosecha de 71?

    Los que no conozco son los jugadores a los que dedicas la narración, ¿de qué equipo de fútbol dices que son? Solo me suena un tal Márquez creo que juega en el Barça ¿no? Dicen que es un buen extremo duro.

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  10. Casi te diría que prefiero tus dedicatorias a tu cuento, casi. Lo que pasa es que me siento muy identificada y muy en deuda con muchos de los personajes que nombras: Sabina, García Montero, sobre todo, y últimamente y gracias a ti con Ismael Serrano. Lo conocía, cómo no, pero nunca me había parado en él, esas paradas que requieren fonda, nunca hasta que llegué a tu blog y lo oí, lo oí con esa primera canción que suena cantada a dúo con Guerra. Genial. Allí y entonces lo descubrí; y desde ese momento me ha inspirado cuentos, cuentos que nunca hubieran brotado de mí si no hubiera sido por él y por ti. Carambolas de la vida.

    Entiendo que el cuento está basado en hechos reales, y lo creo porque la vida es tan triste como un cuento triste. Vivir en el número 7, calle Melancolía es lo que tiene. Y si además te encuentras en Granada... vives en la magia misma. Imagino muchas cosas que le pudieron pasar a Kasumi, incluso vericuetos caprichosos del destino, nimiedades suficientes como para extraviar cartas y direcciones. Tal vez nos lo cuentes algún día. Mientras tanto seguiré creyendo en los amores imposibles que son los únicos eternos.

    Un placer leerte.

    Anabel, la Cuentista

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  11. yo no se que me gusta mas si la dedecatorias o los cuento pero en cualquier caso los dos me engancharon me supieron a poco ......saludos

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  12. Queda claro que ha merecido la espera.
    El relato delicioso y las dedicatorias,
    para mí, casi casi un espejo.
    Voy a volver a paladearlo, me ha sabido a poco.

    Un beso.

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  13. No sé qué me ha gustado más, encontrar un nuevo relato, la dedicatoria o el propio relato. Pero sí sé qué me encantaría, conocer la versión de ella, ¿crees que será posible?

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  14. Me gustó sobre todo la despedida en el aeropuerto. Nunca entendí por qué se hace una película sobre los sonidos de Tokio, se escriben libros sobre el ajetreo de las calles de esa ciudad, pero jamás se ha hablado de sus silencios. Son silencios casi somáticos...

    Un placer leerte.

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  15. Y decías que estabas algo apático, querido amigo toma ésta licencia las veces que te haga falta, porque el resultado es excelente.
    Gracias por llevarme de la mano.

    Mil besitos siempre.

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  16. es muy curioso, se que esta mal que es de poco amiga pero procuro pasar muy poco por aqui (cada una con sus razones) y cuando no tengo mas remedio por que busco saber algo de ti pero sin decirte llamame suele coincidir que hace maximo 2 o 3 dias que publicaste, no se como pero cuando escribes me llaman tus relatos.... yo se como termina tu escrito, ella y el son tan diferentes que siguen caminos distintos, si algun dia quieres me cuentas si acerté, un beso mariete. Y si quieres, solo si quieres, un dia me llamas.... recibire tu llamada como la mejor de las cartas de la china de tu relato.... otro beso...

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  17. Toda esa alabanza o apología de todos esos que nombras a modo de "iconografía" de cantautores y libros se merece dedicártela a ti,Mario, pues casi con toda seguridad todas esas estrellas pasan olímpicamente de ti;unas por lejanía,otras por antigüedad y algunos por desconocimiento...

    Dedicatorias al viento. Vanidad de vanidades que han quitado luz al relato.

    un beso rústico.

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  18. Suponiendo que habláramos de literatura diría que no me ha gustado, no me pellizca, no me emociona. Me parece todo muy predecible...
    Pero veo que más que nada aquí se habla de uno mismo.
    Yo de mi mismo hablo sólo en privado y con mis amigos de verdad...

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  19. Paciente, ¿tú por aqui?
    Oye, ahora que no me oye nadie... Estoy leyendo relatos de Mario, y he empezado por éste, Kasumi.
    Creo que me voy a quedar por aquí unos días, leyendo. ¿son todos tan buenos?
    Anda, avísame si te vienes y ves que me he dejo alguna luz encendida o algo, que sabes que me pongo a leer y me dan las tantas, y luego me voy a acostar de repente, y qué se yo.
    Es que de de tu pasillo ya me conozco algunas baldosas, pero aquí, hija, no sé. Me da miedo dejar alguna puerta abierta y que haya corriente, o algo. Imagínate qué corte...

    Bueno, que si quieres algo, que estoy por aquí...

    Pero, ¿Esto lo oyes cuando ves que hay mensajes? ...

    Me siento ridículo hablándole a un contestador...

    Bueno, pues nada...

    No estás...

    Bué.

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  20. Me gusta tu blog, la frase "tu no eres interesante para mi" de Juan José Millás en su libro "el mundo"...es una frase con su propia historia...me encantó el libro.
    Tu relato lleva una mezcla de todos los dedicados. Muy buen relato.
    Un saludo

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  21. hola Mario,como todos los anteriores,es buenisimo,espero que me cuentes si se vuelven a encontrar,o lo dejaras a mi imaginacion?
    bueno amigo,un besito cuidate mucho y espero saber pronto de ti

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  22. arrancándole horas al sofá y al resfriado te he leído. Me ha gustado. Todo. Y por soñar, ojalá, un día puedas dedicar esas dedicatorias en la página en blanco de algún libro tuyo, eso sí, práctica con una cuartilla de Rubio porque con esa mierda letra que tienes...
    lo que dice Tesa es genial: "Eres un hombre rico, todas esas huellas de aquellos a quienes dedicas, son un tesoro que enriquece a aquellos que saben aprovecharlo."
    Pero lo de Rapanuy es la bomba!!!!

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  23. De arriba hacia abajo, de izquierda a derecha...
    todo me ha alejado de la realidad que no fuese lo que leía: personas y obras que forman parte de mí, y una historia de amor más allá de las fronteras del tiempo y las diferencias. Con final abierto a la imaginación.

    Mario, estupendo saberte por aquí. Un sitio al que volver...

    Un abrazo.

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  24. hola

    me ha encantado la dedicatoria... ¿sabes? menos a Extremoduro.... yo también tendría mucho que dedicarle a los que mencionas, más que dedicarles.... agradecerles, a casi tod@s, vaya elenco!!!

    el relato me ha parecido fantástico, emocionante, todavía tengo el Albaicín en las retinas........estoy terminando de leer estos días El cielo es azul, la tierra blanca, de Hiromi Kawakami, te lo recomiendo, te gustará.
    besos

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  25. Me ha encantado.

    Paseo de los Tristes... (Granada).

    Cuántas ganas tengo de volver...

    Gracias..

    Te acabo de conocer y me gusta ...

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  26. Que hermosa historia. Me hiciste emocionar con la llegada del cartero.
    Espero que la carta de Kasumi comience diciendo:


    あなたがいなくて寂しいです

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  27. Ya pasé un día por aquí y me gustó, así que tendré que volver. NO solo porque Millás tiene un trocito de mi alma, sino porque tus relatos son hermosos.
    Japón, qué recuerdos. Nunca fuí, pero (no sé por qué) es como si hubiera estado. Y es que hay países que una vive desde el corazón, sin necesidad de tomar un avión.

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  28. ¿Cómo es que me felicitas a mí siendo que tú escribes tan hermoso?
    De todas las dedicatorias, íbamos bien hasta que mencionaste a García Márquez. A él sí que no lo tolero, por nada del mundo. Pero yo sé que el gusto se rompe en géneros (y a veces en géneros degenerados, of course).

    Gracias por siempre pasar y dejarme tan buenas vibras en el Blog. No sabes lo mucho que significa para mí que alguien tan talentoso en las letras llegue, le guste lo que ve, y todavía me felicite.

    Un enorme abrazo, y enhorabuena por tan bonito texto, cariño.

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  29. Mario:
    Podría decirte que siento curiosos da por saber qué decía la carta, pero no.
    El corazón no sabe de las líneas de tiempo y mantendrá vivo,
    sin más motivo que su voluntad inamovible, cada sentimiento sincero.
    Lo que diga la carta es alimento para algo que no muere,
    pero que se desnutre en el silencio y la melancolía.
    Ahora que he podido leerte de corrido y con comodidad,
    quedo más que encantada, deslumbrada de tu relato
    y del modo casi coreográfico en que compones las palabras.

    Me gusta lo que escribís, peo más me gusta cómo lo escribís.
    Me deleita lo que ves, pero me enamora cómo lo ves.

    Y tus verbos quieren ser como los míos cuando crezcan...?
    valiente desperdico pudiéndo ser la mejor versión de ellos mismos en vos.

    Te dejo un beso con sabor de nostalgias ajenas y emociones propias.

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  30. Qué genial biografía la previa al relato!

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  31. me encanto lo que leí de ti..

    a veces es bueno encontrar blogs como el tuyo...
    espero leerte de nuevo..

    abrazos

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  32. Gracias Mario, estoy bien, tranquilo.
    Afortunadamente es solo un escrito, aunque duela su lectura.

    Te agradezco infinitamente tus palabras.

    Besitos siempre

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  33. Siempre es un placer leerte...poco más te puedo decir...¡que gran historia!
    muuuak!!

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  34. Mire que veo tochos y los ignoro, pero su blog es un imán. No me gusta usted por eso.

    Ah si, la opinión... está en la carta de Kasumi.

    Un saludo*

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  35. Excelente trabajo!! como siempre!!
    Sorprendeme en tu prox. publicación!! cuidate!

    paz y muchos, muchos besos... ;)

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  36. ua... muchísimas gracias por tu comentario. Me hace especial "ilusión" viniendo de alguien que tiene un blog como el tuyo. Ya me había pasado por aquí en otra ocasión y me gustó :)

    Besos.

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  37. Comparto muchas de tus dedicatorias...
    Me ha gustado!

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  38. Cosas de la mágia.... blogs parecidos, cantantes favoritos parecidos, Granada en la sangre el corazón y el alma,y residencia en cataluña, donde yo he pasado 20 años... un placer encontrate...

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  39. Ha sido un placer leerte y descubrite.
    Ten pon seguro que me seguire pasando por aquí.

    un abrazo. Me ha encantado.

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  40. Joder, Mario. Había tardado en venir porque siempre voy con el tiempo justo y la entrada era larga. He sentido dos punzadas en la colunma en dos partes del relato. Ha merecido la pena venir y estas esperas a las que nos tienes acostumbrados.

    Un abrazo descontrolado.

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  41. He imprimido tu entrada porque quiero leerla con calma, despacio.
    Qué genial haberme encontrado con este blog.

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  42. Tiranosaurus Rex o Terremotos en el estómago son bastante parecidos no? jeje.

    Siempre me gustan un montón tus comentarios!

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  43. muchas gracias!
    por tu huella, por este cuento precioso y tantas referencias comunes

    mis visitantes son mudos (casi todos), están en su derecho

    ya me dirás como queda al final ese sabor de boca

    un abrazo

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  44. Me han gustado tus dos historias, pero si tuviese que elegir, me quedo con las dedicatorias. Quizás sea el síndrome Chinaski

    Tengo que venir con mas tiempo. Tu blog lo requiere y lo merece

    Gracias por tus visitas

    Saludos

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  45. mil gracias por tus recomendaciones ;)
    la verdad es q a andrés suarez le empecé a escuchar más por tu culpa :)(me lo dijiste alguna vez, me picó el gusanillo y ya ves!! jejej)asi q eres el principal responsable :D

    de hecho, llevo tiempo con ganas de preguntar a alguien y a lo mejor tu eres la persona más indicada ;): la canción "números cardinales" está escrita por andrés?? es q hace poco me dijeron q no estaba escrita por él y me hicieron dudar...

    lo dicho, nuevamente gracias(por supuesto q te haré caso!! bueno en algunas ya no te puedo hacer caso pq les escucho ya de por si jejejej)

    un besazo!!

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  46. Por una cuestión de tiempo, no he podido ir mas allá de la dedicatoria, y conocerte, justamente a través de ella, me hace querer quedarme por acá.
    Es impecable y conmovedora al mismo tiempo. Haría muchas dedicatorias parecidas.
    Me haré un rato para volver por mas.
    Un abrazo.

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  47. Agradeces al arte y a sus artistas.
    Probablemente alguien en algún momento dirá lo mismo de ti.
    Cada vez que entro a este rincón me gusta más.

    (me mordí las dos uñas que me quedaban intactas al leer el final... Kasumi)

    Un abrazo.

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  48. No se qué me ha gustado más: si tú comentario, con todo el tema de la Renfe (como decimos por aquí en Madrid) o la canción, de la cual he de confesar que me he enamorado.

    Tus comentarios son una delicia de leer.

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  49. Me gustan mucho tu relatos, Mariuchi, nunca dejes de hacernos soñar y viajar por otros mundos. Hasta pronto, amiguito, ¿un café, luego?

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  50. Que placer perderse en tus letras, en un día como hoy de manta , klinex, antigripal y relajada por fin de tanto ajetreo, que música más buena tienes, ¿se puede mirar tu mixpod? Un abrazo enorme y gracias por compartir estos textos.

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  51. Mario aquí me quedo degustando un café calentito para los fríos de Madrid, mientras escucho tu excelente música.
    Me quedo esperando tus letras, ya tan necesarias ...

    Mil Besos de algodones de sabores

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  52. Por fin, por fin, he tenido un momento para parar y leer tu relato...Y solo puedo quitarme el sombrero. Además...Te escribe ésto una enamorada de Japón.

    Besos.

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  53. El mundo es descomunal pero los sentimientos están por encima de las distancias y el tiempo...

    Hay una pelicula que puede interesarte: "Despedida" de Yojiro Takita.

    Saludos.

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  54. El relato entero es unba maravilla.. y esto, <>

    Especialmente precioso..

    Un abrazo

    carmen.-

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  55. Gracias, cariño.
    Te dejo un abrazo inmenso. Que tu año comience con el pie derecho y haya mucha luz en tu camino.

    Miles de besos :D

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  56. Ummm!! No sé si podré perdonarte, ejem, ejem ..

    Gracias Mario, nunca es tarde para recibir el cariño de un amigo.
    Mis más sinceras felicitaciones también para ti. Te deseo unos días llenos de amor y felicidad.

    Mil Besitos corazón ...

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  57. Efectivamente, me mordía las palabras, me refería a este párrafo:
    "No conocía los motivos por los que lloraba por las noches. Tampoco cómo había llegado a ese punto de no tener nada. Ignoraba lo mucho que duele el corazón cuando está vacío así como las muchas veces que estalla la cabeza cuando los recuerdos luchan por salir."

    Abrazos de vuelta!

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  58. Vuelvo...
    por volver,
    por el delicioso vicios de repasar tusletras
    y dejar que me lleven de la manos
    hasta donde tu mente lo disponga.
    Vuelvo...
    con la tranquila seguridad de saber
    que no van a cansarme
    sin importar cuanto las relea.
    Vuelvo...

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  59. ... Me encantó, sigo volviendo por aqui. BB

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  60. Me tienes atrapada con dos cuerdas: tus letras y tu música. Ya sabes que tienes la culpa de mi reciente y fructífera afición a Ismael -déjame que lo trate de tú, hemos hecho muchísimas cosas juntos, aunque él no lo sepa-. Voy a ir a verlo a Zaragoza el 21 de mayor, creo que no me equivoco en la fecha. Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que le debo.

    Felicidades para el año que se acaba y para el que viene.

    Besos,

    Anabel, la Cuentista

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  61. Tras el tsunami, intento acomodarme en mi nueva/vieja morada, a la cual quedas, por supuesto invitado.
    T al T.

    Un abrazo

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  62. Oye, Mario... veo en mi escritorio que has actualizado y no. Joder, qué mal. Te lo paso y no sé por qué. :)

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  63. Mario

    Festejo tu llegada a mi espejo como niña con zapatos nuevos...

    No solo me gusta como enlazas tus letras si no lo quqe ellas trasmiten y la intencion cargada de sentimientos y sentido.

    No se como has llegado pero en verdad lo festejo...

    Feliz 2010, magia, salud, amor, dinerito y mucha inpiracion son mis deseos no solo en estas fechas si no cada dia que se nos regala.

    Besos desde mi alma.

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  64. Marwan,Zoe, Lorca, extremo...?
    ¿A qué espejo he estado mirando todo este tiempo, que no he conseguido verte entre ese mundo que siempre me encuentro?
    Agradezco que te gustara la entrada y la firma.
    Estás siempre invitado a mi kilómetro cero, como un destello más de felicidad que alumbran el camino de la utopía ;)

    Un beso y mucha salud!

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  65. Ya habia andando por aqui, y resultó que me quedé escuchando a Albert S. gracias por dejarme tus balas.:)

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  66. Qué cómodo se encuentra uno entre asesinos.

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  67. Hoy... soy yo quien te dedica un pensamiento a ti.
    El relato es: Como un deseo esculpido en los sueños del largo invierno. Evocar los recuerdos es un modo de mantenerlos despiertos.
    Besitos especiales

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  68. http://www.youtube.com/watch?v=kLugQtE1DVU
    Disfrútala....

    Namasté

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  69. Gracias a ti, porque despiertas en mí, una soñadora que había decidido descansar entre los arboles de algún parque.
    Descubrir tus relatos, tus silencios ha sido un regalo, que será difícil de olvidar

    Besos mil para esté año que llega en breve.

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  70. Madre mia...

    Comparto algunos de tus agradecimientos, otros no porque todavía no los he disfrutado.

    Te sigo leyendo, sin duda prometes ;-)

    J.

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  71. Qué bien nos has conducido por la historia.
    No me parece bien que los últimos tres meses los pasen "desacostumbrándose".

    Feliz 2010!

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  72. Sólo dos cosas:

    1º) Me llevo tu enlace para no perderte la pista.

    (a veces los trocitos de pan por el suelo son el alimento perfecto para los ladrones de huellas)

    2º) Has hecho que vuelva a sacar del cajón a Ismael Serrano....

    (creí que había destrozado el disco...le crecieron enormes caballones como en un campo de labranza)

    J.

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  73. Es imposible coincidir en tantos gustos:
    Travesuras de la niña mala, Extremoduro, Juan José Millás, Miguel Ríos, Bukowski, García Márquez, Sam Savage.

    Un saludo cultural

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  74. definitivamente ya nos hemos lanzado de cabeza al 2010...como te tratan los primeros días?? :D

    si!! cuentame todas las novedades del concierto de Rafa en Girona, plis!! ;) lo organizas tu?? y eso?? q guay!!! va a estar genial segurooo!!En estos momentos es cuando lamento q Madrid esté tan lejos de Cataluña ;)

    Yo iré a Galileo el 28 (por supuestísimo!! ;D q ya tengo ganas)

    por cierto, no sabía q esa era tu cuenta pero he visto muchísimos videos tuyos sin saberlo jajaj... nuestro gusto musical nos une :D, hace un rato acabo de re-ver "mañana nos casamos en las vegas" de Luis Ramiro en la Sala Monasterio :D ... estaré pendiente!

    un abrazo!

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  75. ¡Coño, cualquiera diría que has leído un par de libros! Debes de ser alguien la leche de culto.

    (Le dedico este comentario a Dan Brown, ese semidiós que escribió "El Código Da Vinci" entre otras obras maestras).

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  76. Tan solo desearte un prometedor 2010 y que se cumplan tus deseos.

    Un beso escrito

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  77. Te he encontrado por casualidad. Y hay muchas coincidencias, entre ellas, tu título de Millás. Yo tuve una pen-friend japonesa de niña. Su dirección era: Hara Nabuko, Se sen ho gakuin, Nagosimizu-machi, Nagano-shi, Nagano-ken. Japón. Entiendo tu fascinación por lo japonés. Soy nueva en estas lides, pero te visitaré

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  78. Me llenaste de amor!!!... Con tu pluma bailé "bajo la lluvia", sintiendo que "toda la vida es ahora"... No puedo creer que haya en el mundo alguién más que escucha, opina y siente lo que siento... "con este corazón... tan 5 estrellas"...

    "No vemos jamás las cosas tal cual son, las vemos tal cual SOMOS"

    GRACIAS! Enorme placer encontrarte por este mundo... Abrazos

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  79. El que esta encantado soy yo por recibir tu visita, por leer tu relato y por encontrar tantas referencias comunes.

    Yo también me pasaré por aquí a menudo, un abrazo

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  80. Dedico este post a Murakami, Matsuo Basho y tantos otros que me abrieron las puertas al mundo japonés. También a Lost in Traslation por despertarme las ganas de conocer ese Tokio rico en contrastes.
    Dedico este post a Paul Auster por confesarme que en el Palacio de la Luna huele a comida china y que los perros son capaces de contar historias maravillosas.
    Dedico este post a Sabina por hacer de Atocha algo más que una estación y por regalarnos más de cien mentiras que valen la pena.
    Dedico este post David Lodge por escribir un Buen Trabajo.
    Dedico este post a Shuarma por hacer magia sobre el escenario.
    Dedico este post al cerdo ibérico porque sin él no existiría el jamón. ¡Santo jamón!
    Dedico este post a Granada por ser mar y montaña, arte y leyenda. Porque allí el flamento todavía es de verdad y porque sin ella tu cuento no hubiera sido posible y nos hubiéramos perdido la oportunidad de leerlo.
    Me gusta tu forma de escribir, Mario.
    Un saludo

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  81. Gracias por leerme =)
    A ver si le pego yo un buen vistazo a tu blog ;)

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  82. No sé si naciste, vives o viviste en Granada, de cualquier manera te siento paisano, no sólo por tu amor a Granada, sino por los artistas que nombras en tu entrada; hay tanto que yo también hubiera nombrado... He leído tu relato, muy bueno. He viajado por Granada, he recordado lugares que desde hace tiempo los siento lejos, y he vivido un amor intensto y puro. ¿Nos contarás qué decía la esperada carta de Kasumi?
    Volveré. Un abrazo.

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  83. Hola Mario.
    Me siento tan cómoda en tu sitio, y eso que es mi primera visita. Será que lo escucho a Ismael mientras te leo, y no fui yo quien puso el CD. Podría venir a visitarte solo por la banda musical de tu blog (muchos de mis favoritos, y otros que no conocía pero es un placer escuchar). El caso es que además he leído tu extensa dedicación y allí también encontré favoritos (aunque sin duda no he leído tanto como vos).
    Y tu cuento. Bellísimo, dulce, lleno de emociones y esperanza. Mis felicitaciones.
    Y un saludo cordial desde Argentina con mi promesa de volver.

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  84. Se me olvidó decirte que el gran amor de mi vida se me reveló en el Paseo de los Tristes, imagínate lo que significa para mí.
    Nos vemos.

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  85. relato fascinante, genial entrada!
    por favor sigue escribiendo, un saludo

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  86. Hace un tiempo que no escribes en el blog. Ahora que deberiamos, leer un poco mas del uno al otro. ¿Porque te callas? ¿Porque escondes el café del alivio de leerte debajo de la almohada?

    Quizàs, aquella mujer que observas, aquella mujer que no te mira... Es el pretexto perfecto para ofrecernos una lectura.

    Un abrazo de letras.

    Mon

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  87. Escribes muy bien!

    Me ha encantado que tengamos tantos "ídolos" comunes. Yo también me he emocionado con Sabina, miles de veces, con la historia de Miller y Nim, con Saramago y con Vargas Llosa y con García Marquez. Con Millet, Lorca y Sampedro.

    Encantada.

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  88. Esta es una historia que merecería ser real. No sé si lo es, pero tambien sé que es muy bonito leerlo así todo de golpe. Lo dificil es vivirlo a lo largo de tanto tiempo y hacerlo con esas emociones en el corazón. Pero, por otra parte, tal vez sea mejor tener una historia que contar que no tener nada.

    Un abrazo.

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  89. Veo que, a pesar de tus palabras en mi blog, también te vuelcas en las letras. Me gustaron las dedicatorias, y el cuento me arrastró por las calles de Granada, una ciudad que me encanta.
    No pierdas nunca la pasión por las letras.
    Saludos

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  90. Mario...en mi turno de descanso, en lugar de terminarme mi libro de Elsa Punset , he decidido quedarme contigo, bueno más bien con tus cafés , tu música, tus libros y tus historias...

    Este comentario va a ser doble, primero comento el final y y al final comentaré TÚ ppio....

    KASUMI...Y TRAS LEER SIN PARAR, DESPACIO, QUEDÁNDOME CON CADA DETALLE Y SINTIENDO EL SONIDO DE LAS CUERDAS DE SU GUITARRA, LLEGUÉ AL FINAL...KASUMI...

    uooooooohhhhhh!!! inspiración profunda y su consecuente exhalación de todo ese aire inhalado, que te aseguro ha sido bastante....

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  91. Pensé en dejarte un solo comen, como te comenté, empezando por el final y bla bla bla...

    Creo que KASUMI, se merecía su espacio así como Matías...

    Y ahora el PRINCIPIO, AHORA TE TOCA A TI..


    Quiero dedicar este comentario a MARIO por....aunque es pronto para saberlo, quiero creer que .....

    Por ser comprometido
    Por emborracharte cada dia con las letras
    Por insuflarte aire contaminado de lexico excitado, verbos educados, pronmobres personales que convierten, un TU, un YO, en un NOSOTROS....Clara y tu, Matías y KASUMI...tu abuelo y tu...tus gatos y tu..
    Por expresar sentimientos y emociones
    Por dar vida y mucha a objetos inanimados, tipo tu casa de mala vida en un barrio de mala muerte, me hiciste casi sentir la lluvia en el cristal, helándome la nariz...y acariciar tu gato...

    Por de una manera algo tonta, llegarme a excitar...en este caso no sé si te lo dedico eh!!!...jjjj xq después...en fin..

    Por dejar que comparta contigo jeringuillas infectadas de sentir, creándome una adicción a tu escritura...

    Por...por....por...por..ahora piensa tu en más por qs, te lo dedico o dedicaría...

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  92. Estimado Mario, he recorrido el camino como los números mandan y ahora le dejo mis comentarios en ese mismo orden.
    Dedicatoria larga y seguramente en expansión en la medida que la memoria y el tiempo lo remitan a nuevos cariños. Me preocupé mucho que Gabo tardara tanto en llegar pero al fin pude ver su nombre también incluido.
    El relato lleva un ritmo exacto y nos adentra magistralmente en el relato y en cada uno de sus protagonistas.
    Comparativamente le ha quedado más corto que el preámbulo ;)

    Le mando un gran abrazo y me voy al próximo.

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  93. Hoy me he tomado el tiempo, lo buscaba entre los rincones de mi cotidianidad, queria dedicarselo a sus relatos, ha sido un tiempo ganado, disfrutado y agradecido.

    A ud. le sobran motivos y talento para seguir poniendo música y sentir en sus palabras.

    Un hasta luego, sin maquillar.

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  94. I un dia va tornar....

    Després de llegir a qui ho dedicaves, que per cert no t'has quedat curt, m'he fet un cafè. I he llegit el teu escrit.

    I un dia va tornar.....

    M'ha agradat molt. Com sempre. ;-)

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