sábado, 29 de agosto de 2009

SU CAFÉ


Me ha despertado el aullido del teléfono. Irreverente. Una vez, otra vez.

Tengo la voz silenciada. Voz sin cuerpo.

Me da tiempo, antes de descolgar de saber que son las ocho de la mañana. La voz de mi mejor amiga quiere parecer la de ese príncipe. Y ella no sabe que yo sé que no quiero ya, nunca ya, un príncipe. O sí, un príncipe solícito que me deje dormir por los siglos de los siglos.

No me deja hablar. Sólo anuncia que en media hora estará en casa. Que tomaremos café. Que hablaremos. Lo sé: hablará ella. Escucharé yo. Querrá que hable yo. Querré seguir escuchando.

Es mi último día en la ciudad. Busco un exilio para mí. Una huída. Pero muchas cosas han pasado. Me he separado de él. Y no consigo separarme de él. Está a la vuelta de la esquina. Mis pensamientos corren una y otra vez, todas las veces del mundo a esa esquina. Viven ahí, mientras que yo, con mi cuerpo, con mi alma huérfana de alegrías, con mi vestido de amargura habito esta madriguera de ochenta metros cuadrados. Ochenta metros cuadrados de sueños rotos.

Mientras tanto me ducho, me maquillo, me embadurno, como le gustaba definirlo a él. Mientras tanto busco unas zapatillas, cubro mi cuerpo con un albornoz robado en aquel hotel. Claro que ya no se roban los albornoces. Los dejan ahí para que te los lleves cuando gustes. Y yo siempre he gustado mucho. Así que también en este piso se quedarán muchas prendas que han sobrevivido a noches de hotel. Noches de amor. Noches de pasión. Noches.

Paseo por la terraza. Mi voz se materializa. Enciendo un cigarro para someterla al silencio. Fumo y pienso. Lloro y fumo. Pongo la cafetera. Dios mío, cómo está todo. Botellas vacías. Ceniceros llenos. Desorden en perfecto estado de revista. Aquí tendrían que venir los de Ikea a rodar uno de sus anuncios sobre la libertad de no sé quién y la república de no sé dónde.

Crespo me regala sus mimos. Sus ronroneos. Mi buen Crespo. Lanza zarpazos a diestro y siniestro persiguiendo un bicho que sólo él ve. Me sigue a todas partes. Es un verdadero príncipe azul. Acaricio su lomo. Golpea con su nariz fría y rosada mi brazo, mis piernas.

Ana es puntual. Para desgracia mía, nunca ha sabido no ser puntual. Crespo la increpa. Con sus patas la busca, quiere una ración de caricias. Pero ella no quiere gatos. No animales de más de dos patas. A lo sumo hombres entre las piernas y pájaros en la cabeza.

Entra en casa como la marabunta, como siempre. Arrolladora. Su exceso de energía me nubla la vista. Su exceso de palabras aniquila las mías. Quiero un abrazo mudo. Quiero un abrazo que no hable. Pero sé que se pondrá a llorar. Que querrá convencerme. Aún así no me dejaré convencer. La decisión está tomada.

La cafetera avisa justo cuando iba a empezar a hablar. Nos miramos y cumplimos con el ritual. Ella me ayuda con las tazas, el azúcar y las cucharillas también robadas de no sé qué sitio. Coge unas galletas y unas servilletas de papel con motivos gatunos.

Busco un cigarro entre los objetos dispersos que han tomado posiciones en la mesa de centro. Le ofrezco uno a ella. Y durante unos segundos deliciosos sólo fumamos y nos miramos. Y observamos y sabemos que digamos lo que digamos no nos vamos a dejar convencer.

Mi mejor amiga empieza a hablar. Mientras sacude las migajas de galleta que muerdo con desgana y arrecian sobre mi albornoz. Busca las palabras. Las mide. Las pesa. Las piensa, contra todo pronóstico, antes de pronunciar:

- Estás segura. Creo.
- Crees bien.
- No puedo hacer nada para que te lo replantees.
- No. No puedes hacer nada. He hablado con la empresa. Está todo listo. Sólo me queda irme. Sólo París espera.

Una conversación estúpida. Sin adornos. Ella sabe que mi decisión es irrevocable. Que me tengo que alejar de todo. Que cada vez bebo más y vivo menos. Que mi empresa tiene en París una delegación. Joder, al menos es en París. Si fuera en Siberia, igual, no sé… tendría que replanteármelo. Que quiero empezar de cero. O de uno y pico. Pero tengo que alejarme de todo lo que quiero y de todo lo que no me quiere. Si mis recuerdos quieren viajar conmigo, allá ellos.

Ella sonríe. Y llora, poco después.

Me contagia tornando mi sonrisa en llanto.

Me abraza.

Y la conversación busca desembocadura en este mar de lágrimas.

- Ya tienes atado todo. ¿No te queda nada por hacer?
- Todo atado. Todo. Mañana vendrá una chica a limpiar esta leonera. Y no es leonera por Crespo, créeme.

Se sirve más café. Me sirve más café.

Las dos bebemos ahora en silencio. Ella no sabe qué decir ni cómo decir lo que piensa una vez que se sabe vencida. Y yo no sé qué hacer ahora. Busco pretextos para salir de esta situación. No me apetece llorar más. Estamos tristísimas.

La tristeza de Ana es la que habla. Apenas mueve los labios. Musita:

- Joder qué triste.
- Suelen serlo las despedidas.
- Si estuviera de puta madre y no quisiera renacer, de alguna manera, no me iría. Seguiría naufragando una y otra vez en un océano de alcohol. No quiero acabar así. –añado-

Y la primera mitad de la mañana transcurre entre los humedales que provocan las lágrimas compartidas y mezcladas. Entre café y café. Entre canción y canción que Ana insiste en poner en el equipo de música. Busca balada para una despedida.

Ana decide que tiene que irse. Que su empresa ha fracasado. Vuelve de la cocina con la cafetera. Se la queda como recuerdo, tal como habíamos acordado. Me despido evitando que nuestras miradas se encuentren. No quiero que el llanto nos atrape de nuevo. Mañana, en el aeropuerto, tendremos nuestro momento. Sí.

Que sí, que mañana a las ocho en punto pasa a recogerme. Insiste en lo de las ocho en punto. Que lo tenga todo preparado. Que sí, que todo estará preparado. Que un beso. Que un beso.

El resto de la mañana transcurre. O se escurre entre idas y venidas al banco. Ultimo detalles. Últimas llamadas. Transfiero las cuentas a otro banco. Hablo con la chica que tiene que venir a limpiar mañana. Que se quede con la llave. Que ya le daré indicaciones desde mi nuevo destino.
Hablo con la empresa, ahora que mi voz se ha entrenado con Ana y con la de la limpieza. Hablo bien, me hablan bien. Me animan y desean suerte. París, mañana, será otro principio.
De manera mecánica, abro la nevera. Y entre restos de serie, encuentro una lechuga, algunos frutos secos, pasas y un huevo que está al límite de la caducidad. Me preparo una ensalada. Como con desgana. No consigo saciar nada. Me tumbo en el sofá. La voz de Sabina me emplaza al templo de las borracheras.

Bajo al bar de siempre, a media tarde.

La radio suena enfurecida. Me siento en la barra y me pido un Gin tonic. Leo el periódico y me canso pronto de tanta estupidez política. Y humana, por supuesto. De tantos goles en porterías contrarias. De los triunfos y las derrotas. El diario sólo es eso: un compendio de triunfos y de derrotas. Como mi puta vida. Qué asco. Cada triunfo es efímero, cada derrota es para toda esta vida. Veremos allí. Veremos.

Me acomodo en la barra. La música estridente ha dejado paso a las voces de las personas que entran y salen de este pequeño santuario.
Las observo. Son trabajadores. No aparentan ser personas solitarias. Son padres de familia. Son madres de familia. Seguro que disfrutan de un receso en su jornada. Que volverán a sus casas convertidas en dulces hogares. Que hablarán antes de cenarse unos, que reirán antes de convertir la cama en un ring de boxeo otros. Que amarán. Que pelearán. Y, por fin, noche juntos. Mezcolanza de sueños recíprocos. El amanecer los encontrará tumbados, ahítos de amor, sobrados de pasión. Desterrado cualquier indicio de tristeza.

Paseo mi mirada por la barra y por las mesas. Advierto la felicidad de los contertulios que abrazan el optimismo sobre la próxima liga. Escruto el orgullo de la madre que irá, al día siguiente a recoger a sus hijos que vienen de colonias. Beben risas, destilan felicidad. De mi bolso rescato la novela: Trópico de cáncer.

Al fondo del local un hombre. Solo.
Por fin una persona sostiene un libro. No puedo evitarlo. Me gustan los idilios entre las personas y la literatura. Aunque sólo dure las doscientas páginas de la historia. Pero siempre, al final, queda una separación amistosa.
Ah, y mis tetas. También las sostiene con la mirada que vuela de letra en letra y de teta en teta. Seguro ha perdido el hilo.

Vuelvo a mí. Ahora soy yo quien tiene a Henry Miller abierto por la penúltima página. Me seduce esta literatura. Esta forma de vida. O de no vida. Esta maldita manera de no conformase. De revelarse contra un destino que una vez llegado a nosotros quiere violarnos. El método de algunos escritores de enfrentarse al miedo. De escribirlo, de describirlo, de destruirlo destruyéndose. Ese suicidio en cada frase que hace del lector un resucitado. Porque si estoy triste, no quiero cuentos alegres. Bendita ambivalencia. Quiero a Miller, Nin, Bukowski, Fante y sus historias de amor y odio. Sus verdades, sus mentiras de verdad.

Vuelvo al hombre solo. Sigue en su lectura. En su café. Y su mirada, otra vez en mí. No sé si habrá leído mucho. Lo dudo, al verlo así. Mirando, llevándose la taza a los labios y dejando que la mirada campe por mi cuerpo.

Y abandono mi puesto de observación en la barra. Con el libro en la mano, con el vaso en la mano, me acerco a él. Y él no tiene palabras para mí. Nos cuesta hablar. Entonces cojo su libro. Lee mi novela. Las mismas páginas que mis dedos separan.

Tras un alarde de locuacidad y unas breves palabras y tras mostrarle el libro, le invito a que me invite a sentarme a su lado.
Sigue bebiendo de una taza en la que no queda nada. Pero que le sirve de escudo protector. De atalaya. Y me recorre una y otra vez.

Pido otro Gin tonic. Pide otro café.

Le pregunto si sólo toma café. No se atreve a preguntarme si sólo tomo Gin tonic. No. No deja que sus dudas se conviertan en preguntas lacerantes. Me deja beber. Le dejo beber y mirar.

Hablamos de escritores. De obras. De música. De cine. De amores que son, de amores que fueron. De la escritura maldita, aunque redentora. De los escribientes malditos y condenados. Excomulgados por la sociedad. Estoy segura que sólo escribían para el futuro, sabiendo que en sus calles, en las casas cercanas, en los barrios por donde pasaban, en las ciudades limítrofes no encontrarían lectores. Ni apoyo de las instituciones. Escribían mirando hacia delante. Siempre.

Él es moreno. De pelo corto. De facciones marcadas. Su mirada expresiva remarca sus gestos. Aunque apenas mueve las manos, sus ojos no dejan de viajar.

Hablamos. Otro Gin tonic.
Café. Sigue buceándome.

Increíble. Hacía tanto que no me sentía así. Así de mirada, de admirada. Los libros lo llenan todo, la música todo lo conduce, el cine todo lo muestra. Repasamos los éxitos. Le recomiendo letras. Me recomienda letras. Es un intercambio constante. Un fuego cruzado de buenas intenciones literarias, artísticas. Un fuego que abraza. Unas palabras que comienzan a diluir mi día aciago. La vida me ofrece una tregua: deja de dolerme.

Aunque ahora hablo menos. Escucho más.

No deja de hablar. No quiero que deje de hacerlo.

Mi mano ha violado varias veces su espacio aéreo. Se ha acercado demasiado. Quiere acariciarlo. Locura. Sí. Locura.

El bar cierra y la camarera me regala la mejor de sus sonrisas. Camaradería femenina.

Como en muchas de las películas de las que hemos hablado, quiero la última copa en mi casa. . Le ofrezco café soluble y una colección de libros que adorna mi piso y habita en mi conciencia. Acepta.

Cruzamos el puente. La luna descansa en paz sobre la ciudad.

En mi piso, Crespo lanza zarpazos al aire y al visitante. Las botellas se agolpan en la mesa por doquier.
Miro cómo me observa. No me juzga. Sólo quiere libros y sexo. Lo leo en sus ojos. Le preparo el café soluble y me preparo un gin. Mi vista está cansada. Lucho por mantener la calma. Por estar atenta y despierta. Bebe café.

Mis ojos se cierran. Se demora mucho en volver junto a mí. Sigue acariciando los lomos de los libros. Pronuncia los títulos con voz cadenciosa. Cancioncilla de cuna para mí. Lo último que veo es a mi invitado curioseando entre los cedés que se han salvado de la criba de Ana. El cansancio se adueña de mí. No puedo más. Y lo quiero todo.

Y sueño.

Y sueño con sus manos en mis pechos. Con su boca en mis labios. Con su aliento convertido en huracán de placer.
Y sueño con sus manos en mis muslos. Con su boca en mis muslos. Con sus labios húmedos regando mi cuerpo.
Y sueño con sus dedos en mi sexo, con besos infinitos. Tsunami de placer que me arrastra al infierno del goce supremo.

Crespo me roza con sus patas. Me despierta. Mi cabeza va a explotar de tristeza. No hay rastro de mi sueño. De mi ayer convertido en recuerdo desde que mis ojos se han abierto. Voces. Voces de conversaciones regresan a mi cabeza. Y su voz encendida. Y mi voz cayendo por el barranco del sueño inoportuno.

Suena el timbre. Es Ana, con esa puntualidad exasperante. Poco a poco recobro la calma. Encuentro mi lugar. En una hora, todo listo.
Salimos.

El coche está cargado.
Le propongo tomar un café en el bar de siempre. Acepta. Sabe que es una prórroga. Un tiempo muerto. Un rato más juntas.

Nos sentamos en la mesa del fondo.

Busco su presencia. Apreso su recuerdo. Pido su café.

79 comentarios:

  1. Nada mejor para hacer desaparecer esa tristeza que un buen amigo dispuesto a escucharte acompañado de un café.
    Gracias por leerme, y hacerme sentir ganas de seguir escribiendo. Mil gracias de verdad, me ha alegrado mucho tu comentario.
    Te sigo a partir de ahora, para seguir esos sueños que tienes, y regalarte sonrisas :)

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  2. Déjà Vu, me gusta mas tu lado femenino.

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  3. A ver si es posible que este comentario salga en condiciones...
    Cuando he empezado a leer estaba algo perdida, no entendía por qué hablabas en femenino y en primera persona. Después al descubrir el motivo, ha sido como tirarse a una piscina fresquita mientras fuera se cuecen 40 grados. Me ha gustado muchíiiisimo. De verdad. En la última frase en la que ella pide café, he dudado entre llorar o dejarme llevar por el orgasmo.
    Un beso.

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  4. No relacione las historias hasta el gin tonic.

    Como defensora de mi género, me gusto mas el lado fememino de la historia, esa tristeza, esas ensoñaciones. Ademas esta Crespo, y eso termino de enamorarme.

    Saludos

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  5. magnífica historia, propone variados puntos
    de vista con logrados personajes

    un abrazo
    nando

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  6. Me haces aún más cómplice. Me llevas tras las palabras con los ojos abiertos y el café a punto. Aplausos
    Un saludo!

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  7. Cariño:

    No cuento con mucho tiempo, así que no he podido leer bien tu entrada. Pero te agradezco mucho que me hayas visitado.
    En cuanto pueda te leo, con mucho gusto. Ya sabes.

    Un abrazo G I G A N T E :)

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  8. "Que quiero empezar de cero. O de uno y pico. Pero tengo que alejarme de todo lo que quiero y de todo lo que no me quiere. Si mis recuerdos quieren viajar conmigo, allá ellos." ... Me suena muy familiar!!... Excelente... me dejó exausta... Voy pr una copa de vino y a arreglar mis unñas que al leer tu publicacion dañe por no darme cuenta que pintaba el mouse y no mi pulgar!! ;)

    Paz y muchos, muchos besos!!...

    Http://masdeunalemoine.blogspot.com

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  9. no sé si este me ha gustado mucho o el compendio de los dos me ha sorprentido tanto que este me encanta... Tu lado femenino mola!!me vuelvo al sofá

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  10. quiero tambien un café y tal vez un cigarrillo*

    besosdulces*

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  11. Gracias a Alfonso he corregido un par de cosillas. Faltaba un "no" en algún sitio y repetía una palabra que ya he escrito algunas veces en otros textos. Se sabe que a veces es imposible recordar qué palabras hemos utilizado en relatos anteriores.

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  12. ¿Una palabra usada es una palabra asesinada? ¿o jubilada?

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  13. Amigo Fante,

    Me uno al clamor general para decir que te has superado. Pasada la deshorientación del pricipio, una vez llegados al "trópico de cancer" de tu historia, entendiendo de golpe donde nos encontrabamos, sabiendo cual era el papel que nos estaba tocando interpretar... has conseguido dejarnos con la boca abierta y una sonrisa a la vez, Mueca harto complicada como puedes imaginar.

    Chapó, de lo mejor que he leido en tiempo.

    ;D

    Un abrazo.

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  14. Sonrío.

    Yo he leído cosas que vosotros no creeríais.Adulaciones monumentales aquí...pero bueno, Fante asegura que éste es un rincón literario sincero y desinteresado y yo creo en él..

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  15. Bueno, bueno, veo que me va a tocar hacer de abogado del diablo.
    Escucha, la peña te esta untando bien untado. Pon los pies en el suelo y relájate que para eso estoy yo aquí. Voy a hacer de contrapeso en tu equilibrio emocional, mira que yo peso, pues me he tenido que llenar los bolsillos con tus letras para nivelar esto.
    Yo te aconsejo que le eches valor y hagas lo que todo el mundo espera… ¡sal del armario ya! Lo tenia que decir, ya me he quedado mas tranquilo, ala y ahora vas y lo cascas.

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  16. Vuela que vuela, bajo el ala se dejo la h.

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  17. JA JA JA JA... genial ese que ha entrado a poner un tercio de espadas...

    esto se está calentando..

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  18. me gusta este blog, pero no me agrada que tengamos que esperar a que apruebes los comentarios. Se pierde la sinceridad, puedes falsearlo. Los blogs que lo hacen acabo por dejarlos, parecen muy artificiales. en todo debe haber bueno y malo. qué temes?

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  19. jajajja me ha encantado lo de "la primavera está hasta los cojones de el corte inglés"

    gracias gracias y más gracias por comentar en mi blog...es q me sigue haciendo mucha ilu eso de q alguien más q yo misma lea algo que yo he escrito :)

    por cierto, tengo q decir q a mi también me gusta más el lado femenino de la historia :D

    un abrazo!!

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  20. No hay nada peor para una mujer que un hombre capaz de pensar como ella.
    Has demostrado poder hacerlo. Eso da miedo a cualquier mujer consciente de lo que ello implica...
    Querido Fante, continua usted impresionandome.

    PD: permíteme que utilice este comentario para responder a "Anónimo mar sep 01, 04:18:00 PM 2009":Tú sabes donde escribes, en cambio yo no sé quien escribe, y tú, ¿¿qué temes??

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  21. Él quizá se refugiaba tras su café, pero ella también se protegía tras lo inmediato de su partida.
    Me ha gustado mucho esta historia.
    Un saludo!

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  22. Gracias por apreciar mi poesía, es un placer saber que los versos siempre atraviesan fronteras.

    Un saludo desde la isla,
    El Náufrago...

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  23. Querida Cris, la cosa no iba contigo, pero bueno. Ya que opinas en su nombre te dire que yo no decido exponer mis relatos. Yo no tengo blog, no tengo ningun nombre de usuario que usar, solo opino para quien quiera escuchar, que por eso colgais vuestros escritos, sino los guardariais en un cajon y punto. Y a mi, me parece, humildemente y sin querer ofender, que filtrar de entrada los comentarios es un flaco favor a la espontaneidad de las opiniones de quienes visiten este o cualquier blog. Yo lo entiendo asi. No pienso que Fante tema a nada enconcreto pero demuestra una cierta precaucion o miedo a oir lo que no se quiere escuchar. Es solo mi opinion dirigida al sr. Fante.Gracias.

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  24. Es cierto... hay comentarios que parece que los escribe el propio autor.. autoadulándose...

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  25. No será que tu tambien lo haces en tu blog Cris? Ahora voy a mirarlo...

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  26. Si lees un poco veras que la mayoria de personas no bloquean los comentarios, dan libertad,, dejan opinar y si algo puede resultar ofensivo lo eliminan y ya esta!

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  27. Yo no quería entrar a contestar en estos últimos charcos pero joder si me pincho en un dedo, te lo creas o no Marián o Pepa o Narcisa o... No me creo que te llames Marián. Simplemente no me lo creo. Tienes cara de llamarte Hermeregilda.
    Porque yo so así de adivina y al igual que tú, que dices que es cierto que hay comentarios que los escribe la propia persona que los escribe...
    A ver... ¿En qué te basas para decir éso?
    Lo dicho Hermeregilda que tus dotes de adivina se te cayeron al subir las escaleras de tu casa.
    Antoñita (La fantástica)

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  28. ¿Qué pasó con Crespo?. ¿Te lo llevaste a París o se quedó tu amiga Ana con él?
    Saludos

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  29. Por favor, pasar ya de malos rollos y a disfrutar de la lectura!!!
    Un beso

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  30. Ay, Antoñita...Si supieras cómo te comprendo...

    Detrás de éste telón de fondo ocultamos lo mejor de nosotros mismos....pero recordad que "del asombro sale el pensamiento"

    Saluditos

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  31. Es como si buscara algo a lo que atarse desesperadamente...El miedo a enfrentarse a otra ciudad...Como un escritor sin éxito que teme no ser leído...
    Me ha gustado. Te agrego.

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  32. Querido amigo Fante, me sorprendes cada día más. Y con tu lado femenino lo has conseguido otra vez. No todos los hombres pueden lograr pensar como una mujer... y tu lo has hecho muy bien. Enhorabuena. Un besito.

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  33. Me gusta mucho como escribes.
    Enhorabuena.

    Un saludo.

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  34. Mientras leía la historia, Phoebe, mi gata, no paraba de demandar cariños y atenciones varias. Es la gata mas "habladora" que conozco. Maulla mucho y maulla sola. Ha introyectado la forma de comunicación humana y juraría que no sabe del todo qué o quién es.

    Dentro del laberinto de cAUsalidades, algunas ocurren para recordarnos que estamos vivos y que las veletas giran en todas las direcciones. A veces se nos olvida que podemos elegir...

    Nice meeting/seeing/listening to you :)

    Un saludo empático ***

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  35. adaptando una canción de mis queridos Suaves te diré: "... bien poca cosa es la vida. Te vas y apenas nada queda de ti: cuentos, algún desliz, dos o tres fotografías, las miserias de los días, noches y noches llenas de dolor. Dejadme en paz por favor, por una vez en la vida." Así que a seguir escribiendo para poder dejar un buen rastro!!!
    PD: Este es el comentario número 516 y todavía no me han censurado ninguno. Qué suerte tengo.
    RePD: me vuelvo al sofá.

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  36. Una "amiga" silenciadajue sept 03, 01:58:00 a. m. 2009

    Biennnnnnnnnn..buena idea... ante el desamor y el abandono, libros , musica, café, ginc tonic y sexo... será cuestión de tenerlo presente si se diera el caso...
    Es muy tarde, tengo sueño, estoy sola, si bebo café malo, no tengo gato...jejje, solo tengo tu lectura, me dormiré pensando en este relato, en Paris y en que si una puerta se cierra, se abre una ventana... hoy acaba todo, mañana empieza el futuro...

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  37. Me ha encantado. Al principio me ha costado relacionar la historia con la anterior, pero me ha gustado mucho la versión femenina. Te atrapa la personalidad del personaje, y la amarga valentía. Una vez más, has conseguido emocionarme :)

    Volveré a leerte, eso seguro. Un saludo!

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  38. Esto es super bonito...
    Gracias por pasarte por mi blog, y por revivirte melodias tan llenas de cosas!
    Me has dado ganas de cafe!

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  39. ¡Holaaaaaa! Gracias por tu visita. Un abrazo

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  40. Me ha encantado el relato. Me siento identificada, (imagino que como muchas otras) en gran parte de tu texto.
    Yo no tengo un "Crespo" en mi vida, pero tengo a una "Lola" y me chifla el Gintonic.

    Un beso, no te pierdo de vista. :)

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  41. IMPRESIONADA.
    No hay otra palabra. Quedé profundamente impresionada con la riqueza de la narrativa, con el tono íntimo y descriptivo.
    Con la descarnada naturalidad con la que narras el lado masculino y la desconcertante precisión con la que narras el femenino. BELLÍSIMO
    Personajes multidimensionales a quienes es posible escuchar, tocar, oler, con quienes se puede sentir una empatía profunda.
    Muy agradecida.
    Ojalá vuelvas a escribir pronto. Será un placer leerte

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  42. Querido Mario: no te dás una idea de la alegría y el honor que fué para mí leer tu comentario en mi humilde blog. Sobre todo luego de ingresar al tuyo y comprobar que sos un escritor "de verdad". Gracias de corazón !!

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  43. joder 43 comentarios!!! y eso sin contar los 18000 que han sido censurados jajaja!! a la tia le daba por el Gintonic, menos mal que no le dió por la tisana granadina porque habría aparecido durmiendo en el sofá y despertándose de golpe a las 4 de la madrugada por culpa de la peli de miedo!!!

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  44. Estas dos historias no tienen continuidad...

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  45. " Buscas un plan nuevo en cada frase. Haces un seguimiento de los verbos que se convierte en una peregrinación a la meca de las metáforas, al santuario de los deseos que se cumplen y de los planes que incumplimos."
    ¿De verdad? ¿Sabes lo que creo yo? que tu comentario es infinitamente más interesante que lo que publico.Sobre todo porque encuentras una constante, un orden, en mi caos. Porque no escribo, plasmo mis sentimientos y enlazo frases.
    Por cierto, espero tu proximo post. Chico, es lo que tiene crear adicción.

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  46. Está muy bien, me ha gustado bastante, aunque algo menos que Cris, Cris me tiene cautivado...

    Lo peor: los necios que te rodean. Pero ya sabes que todo lo que se hace tiene "externalidades".

    Por cierto no seré seguidor... no lo tomes mal, no soy seguidor ni de mi padre.

    Pasaré por aquí.

    Ánimo.

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  47. Creo que este blog es interesante y por ello me resulta halagador que previamente tú hayas decidido seguir el mío. Lo mismo haré.
    Nos leemos.
    Un saludo.

    Míriam

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  48. Gracias monstruo, por la parte de necia que me toca... Todos necios, menos tú.(Eso indicutible).
    Por cierto, que el autor, propietario, editor de este blog, también debe de compartir esta ´"opinión", cuando ha "tenido a bien" mantener este comentario.
    Yo creía que dedicar un tiempo a leer, opinar (a veces), era de persona constructiva y "normal".
    Pero por lo visto, me catalogan como necia... y la acogida es buena...
    Creo que voy a dejar de ser una de las que está a "tu alrededor"
    Una exnecia.

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  49. Hola Mario!
    Hoy te he leido!!
    Ya son 2 veces.jeje.
    Al principio, no entendia bien,si eras una chica un chico o que pasaba............pero luegoo todo solucionado.
    Hoy es sábado,no sabia que hacer y en la tele echan basura.He leido guuau!!
    Muy bien,sigue escribiendoooo.
    Saludos desde Valencia

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  50. Tú título es genial porque ese libro es genial. Adoro esa novela de J. J. Millás. ( :

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  51. pero cuanto se debe disfrutar un cafe en casa...

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  52. -Mas vale tarde que nunca, me ha costado horrores leer los relatos que escribes ( que mira que son…….)
    Pero antes de continuar un comentario muy critico a alguien que se define como muy cafetero:
    Primer relato:“ Si me acompañas a casa sólo puedo ofrecerte libros y café soluble. No tengo cafetera. “
    Segundo relato: “La cafetera avisa justo cuando iba a empezar a hablar. Nos miramos y cumplimos con el ritual. Ella me ayuda con las tazas,”
    Vamos a ver, en que quedamos… ¿ tiene o no cafetera la chica?, y esta contradicción ¿amaga un inconfesable secreto? ¡En realidad el café es malo para la salud !
    Sigamos con los relatos: Son interesantes, conmovedores y un pelín densos (aunque esta de al lado te quiera hacer la pelota ahora después).
    Espero con curiosidad un relato largo.

    -No le hagas caso Mario que ya sabes como es este tío (menos mal que tú trabajas allí y él aquí).
    A mí me ha gustado mucho y me han mantenido enganchada hasta el final. Ahora lo que estoy deseando es poder leer un libro tuyo. Así que ánimo!!!

    -Vale! Comparto lo que dice esta tía…y vámonos ya a dar un largo paseo por NUESTRO encantador barrio.

    Con cariño de unos que viven en Sant Andreu y tu no.

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  53. Bien... Vamos a ver querido anónimo, entre comillas, Benja... Gracias por leerme desde ese barrio tan chulo. El mejor, ya lo sabes.
    Pero te transcribo algo del segundo relato...:

    "Vuelve de la cocina con la cafetera. Se la queda como recuerdo, tal como habíamos acordado."

    Sí tiene cafetera, pero su amiga se la lleva de recuerdo. En "su café", al principio, invita a su amiga. Y toman café. Y después, y etc... le regala, también entre comillas, la máquina. Vamos a ver si leemos bien. Claro que leer desde Sant Andreu tiene que ser difícil. Al menos la concentración.

    Y, Carmen, muchas gracias por leerme y opinar.

    Hasta pronto...

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  54. Espero que sea hasta MUY pronto...

    Un abrazo

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  55. Muchas gracias. Por todo.

    -Por tu fe en mí, ciega como ella misma, pero guiada de verbos y adjetivos tuyos. Gracias por tu mensaje.

    -Por seguir las terapias musicales con las que camino y crezco. Espero te ayuden igual que a mí.

    -Por dejar rastro para poder seguirte yo. Me gusta tu manera de escribir, lo que cuentas, y lo que escondes, que hace más interesante el texto.

    -Por compartir.

    Gracias.

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  56. simplemente genial, emocionada e identificada...

    echo de menos a Ana...

    Gracias por seguir mi blog y gracias por tu crítica.

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  57. Preciosa canción de fondo..." No encuentro salida y nadie me guía, no hallo manera de verte vestida, si te he visto no me acuerdo, si te desvisto no me olvidaré en la vida..."
    La mejor de Fran Fernández!!! Y gran duo con Ismael Serrano.
    Gracias por compartirla...

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  58. Por fin me tomé el tiempo para leer el café y el Gin.
    Interesante siempre tener las dos campanas.
    Interesante que no coincidan los destinos.

    Mágico siempre, ese regalo al éter del otro. Creo que esos influjos tienen razón de ser, y a su forma (aunque jamás seamos concientes de ello) cumplen con su parte, aportan magia al todos los días.

    Un gusto leerte!
    Beso

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  59. Te veo muy pronto....
    Un abrazo enorme amigo

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  60. Le preguntaron a Flaubert, ¿quién le ha dictado el alma femenina? Contestó que él fue Bobary mientras describía su sino.
    Usted comparte ese talento de pocos.

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  61. Errata
    Donde escribí Bobary, debió escribirse Bovary.
    Un saludo

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  62. Flaubert dijo...
    "Madame Bovary soy yo", porque Bovary era un alma libre. Y si la novela se escribe con los papeles cambiados se ve enseguida que el rol del marido es el de una mujer y Bovary actua como cualquier hombre....
    besos a todos...

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  63. Otro “hombre” le preguntó a Flaubert, ¿quién le ha dictado el alma femenina? Porque diciendo lo mismo, ellas creen decir otra cosa… Él pudo; yo no. Razón que no encuentre diferencia entre lo que indicas, Marian, y lo por mi expuesto.

    Un saludo

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  64. Somos una generación huérfana, pienso mientras escucho y leo.

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  65. Al finalizar la lectura, el pensamiento dará otra acepción al mensaje original.

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  66. Todo un placer y un descubrimiento tu blog y tus cuentos.

    Meterse en la cabeza de una mujer es mucho más complicado aún que meterse en otros sitios, por imposible que parezca o eso opinan algunos. Tú lo has logrado.

    Enhorabuena. Te sigo.

    Anabel, la Cuentista

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  67. mucha musiquita y mucho comentario pero septiembre está huérfano de relatos y Octubre, de momento, va por el mismo camino... espavila!!! tanto café y tanto bar!!!

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  68. Totalmente de acuerdo con el anónimo anterior. Venga Mario, que terminará octubre sin novedades!...

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  69. Mientras espero una nueva historia, me perdí en ésta. Creo que me voy a hacer muy aficionado a tu prosa. Me siento muy identificado con tu manera de entender la escritura, llena de sentimiento. Mi más sincera enhorabuena. Me alegraste la tarde. Abrazos desde el Sur.

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  70. Jo, me encanta que hayas llegado a mi blog por Miller, Durrell...etc...porque LOs amo, así tal cual...

    Ahora voy a leerte. Besito

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  71. hola me gusto el cafe ,tu amiga y la hitoria pero sobre todo paris saludos

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  72. Mario, acabo de descubrir tu sitio y me ha encantado. Contra esa tristeza, te ofrezco un Hechizo de amor....

    Un beso.

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  73. Perdón por la palbra...JODEEER!!!

    Buenísima la sucesión de la historia...querido amigo, sí hubo sexo...exitieron las gans, existió el deseo, se creo el embrujo...se tocaron sin tocarse los cuerpos....

    Ahora entiendo que aún exista para ti....una princesa dormida y que el olr del libro te acelere tu ritmo cardíaco y los pájaros de tu cabeza vuelen lejos ...el fianl con el café me encantó...G&C.....muy bueno ....eres muy sensual y muy sexual....

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  74. Leerte es envidiarte.

    Donde reparten este talento?

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  75. Trabajar un escrito desde el sexo opuesto y hacerlo creíble hasta para el mismo, es uno de los desafíos más grandes que tiene un buen escritor. Me apenan varios de los comentarios que he leído antes de opinar. Seguramente entienden bien poco del desafío creativo que has asumido en este relato y que a mi parecer tiene los diplomas necesarios obtenido en cuanto que al menos una mujer comente que te ha creído.
    Mis felicitaciones

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